lunes, 21 de mayo de 2007

El origen de mis versos

De ti surge la inspiración,
La delicadeza soterrada
Por tus ojos brotan, gota a gota,
Centenares de melodías mojadas
Canciones adoloridas.
Desde ti, inocencia, cada verso arde
Hierve, ata, un comienzo
Y una misma locura.
Entre tu boca sangrada, entre tu alma bienllegada
Cada estrofa se teje y desteje
Las rimas se forman y trasforman.
Encendidas notas y armonías
Caben en la miel de tus labios
Bañados de suspiros y esperanzas.

Ante tu espíritu detenido: danzo, bailo, gozo y tiemblo.
Sólo para escuchar tu risa sonrizada
Que surge inundando todos los surcos
Sin peros ni oclusiones ni hipocresías ni encerronas.
En tu sonrisa libre habitan todas mis poesías.

Hacia ti querida mía, hermosa mía
Se deslizan los pétalos de los nardos, las orquídeas
Las amapolas perfumadas
que se hallaban colgadas en mi memoria
desde siempre.
Hoy frente a ti detenidas te imploran:
“¡Cántanos una nana!”
Pues es tu voz tiritante y suave
Quien las eternizará gloriosas

Gracias por vivir amada mía
Mis verbos en ti reposan líricamente hechizados
Sin ti nunca tendrían mariposas la estela de mis versos
Sin tu sonrisa libre, hoy, no flotaría la poesía.

© Sonia E. Galindo García

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